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4 Objetivos de la Eficiencia Energética Edificatoria

La eficiencia energética edificatoria, como disciplina, persigue diferentes objetivos; a saber:

  • Mitigar el cambio climático, reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero, al limitar el consumo de energía convencional del edificio. También ayuda a ello el empleo de energías renovables en los propios edificios. Esto es, han de concebirse los edificios como productores de energía, no sólo como consumidores energéticos.
  • Reducir la dependencia energética del exterior, al consumir menos energía convencional el propio sector edificatorio. Es fundamental para ello el empleo de energías renovables en dicho sector (solar fotovoltaica, solar térmica, minieólica, biomasa, aerotermia, geotermia…), lo que además fomenta la generación energética distribuida, más eficiente que la generación energética centralizada.
  • Alcanzar los objetivos marcados a nivel nacional y/o a nivel internacional, en lo referente a la racionalización del consumo de energía convencional. El incumplimiento de los compromisos internacionales suele o puede llevar asociado el pago de sanciones, amén de proyectar al exterior una imagen de poco o nulo interés en la materia.
  • Reducción de costes, tanto en la fase de ejecución del edificio, como en la fase de uso y explotación del mismo. Especialmente interesante es el ahorro de costes en la fase de uso y explotación, ya que es realmente aquí (con creces) donde se consume una mayor cantidad de energía. Dicho de otra forma, hay que invertir tanto en el proyecto edificatorio (éste es el que marca el devenir energético del edificio), como en el proceso constructivo (éste ha de ser de calidad, cuidando la ejecución constructiva al máximo).

 

Como se deduce del primer objetivo mencionado, la eficiencia energética está íntimamente vinculada al concepto de sostenibilidad, si bien esta primera se centra exclusivamente en los recursos energéticos; como tal, ambos conceptos se asemejan en lo siguiente:

  • Empleo de recursos presentes sin comprometer las necesidades de generaciones futuras.
  • Limitación de la emisión de gases contaminantes sin superar la capacidad de asimilación por parte del medio ambiente.

Cabe realizarse, por tanto, la siguiente pregunta: ¿qué procedimientos existen para cuantificar la eficiencia energética de un edificio? En la actualidad, existen herramientas cuyo empleo puede ser reglado u obligatorio, y varían en función del país o región en que se ubique el edificio (estas herramientas suelen contener indicadores para cuantificar la eficiencia energética de un edificio). También existen programas de simulación energética, que contienen ficheros climáticos que permiten evaluar la eficiencia energética de un edificio en cualquier ubicación, siempre y cuando el citado programa incluya el fichero climático correspondiente.

Por otro lado, existen metodologías o estándares de eficiencia energética, que son de carácter voluntario, como por ejemplo PASSIVHAUS, que persigue la obtención de edificios de consumo de energía nulo o casi nulo. Este estándar se basa en cinco principios, que son: excelente aislamiento térmico, ventanas y puertas de altas prestaciones, ausencia de puentes térmicos, hermeticidad al aire, y ventilación mecánica con recuperación de calor.

En buena parte de las ocasiones, la eficiencia energética edificatoria se alcanza mediante imposiciones reglamentarias o legales, ya sean de ámbito nacional o local (leyes, reglamentos…) o supranacional (Directivas Europeas, Tratados Internacionales…), que limiten ex profeso el consumo de energía convencional por parte de los edificios.

© Luis Gala González

Arquitecto y Project Manager (PMP® & ACP®) Especialista en Eficiencia Energética e Instalaciones